
Cuando llegaban las fiestas de mi pueblo, para nosotros el acontecimiento del año más esperado, los imberbes que nos juntábamos en cuadrilla para jugar, seguramente porque los demás actos festivos eran para mayores y no los entendíamos, las fiestas eran las vacas y las vacas nos daban tanto miedo que jugábamos a las vacas durante todo el día cuando no había vacas, porque cuando las vacas estaban por la calle nos escondíamos. Todos nosotros, todavía ahora en las noches febriles, seguimos teniendo pesadillas en las que nos persiguen con sus astados y nos alcanzan subámonos a donde nos subamos. (klik egin-ver más)
Pedro José Francés, en notidentendete.blogspot.com
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