domingo, 25 de agosto de 2019

EL RAYO QUE CAYÓ DOS VECES EN EL MISMO SITIO

Declina agosto. Poco a poco, se replegarán la canícula, el bronceado, el gazpacho y las fotos de supuestos paraísos en Instagram. Los políticos regresan de sus vacaciones –también volverá Albert Rivera– y se aceleran los preparativos para el nuevo curso. Quedan cuatro semanas justas para negociar la investidura de un presidente. Sacudida la apatía estival, a partir de mañana comienzan los movimientos para evitar que votemos en unas generales por cuarta vez en cuatro años.
Será difícil que Pedro Sánchez reconsidere su rechazo a un gobierno de coalición. El PSOE pondrá sobre la mesa en los próximos días un documento que presentará como resultado de la ronda de consultas del presidente con colectivos sociales, como base para un gobierno “progresista” a la portuguesa, es decir, con apoyo externo de Unidas Podemos. Sánchez intentará atraer a los morados a un acuerdo programático y presentar la exigencia de ministerios como mero afán de poder. Pero Iglesias no está dispuesto a ser el complemento, el apéndice, del PSOE. Dos boxeadores abrazados en el ring.
En la Moncloa creen que la fortuna sonreirá a Sánchez si hay elecciones el 10 de noviembre. Pero la demoscopia no recoge tres factores que pueden torcer los pronósticos: el hastío y enojo del votante de izquierda; la desmovilización ante Vox, que ya no se percibe como amenaza, y la sentencia del 1-O, que, casi con toda probabilidad, llegará a mitad de octubre. El independentismo en la calle y en ebullición política es el mejor combustible para PP, Ciudadanos y Vox.
Tras casi un año de parálisis, Rajoy se llevó el gato al agua por la incapacidad de sus rivales para ponerse de acuerdo. Llega el final del verano, al que suelen acompañar tormentas que traen consigo uno de los cuentos de Monterroso: “Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho”.
Lola García, directora adjunta de La Vanguardia

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