domingo, 13 de octubre de 2019

CUANDO UN PAPA MOLESTA MUCHO

"Los ataques estadounidenses contra mí son un honor”, debió de declarar el Papa Francisco, en el avión que lo llevaba a Mozambique el pasado 4 de septiembre. Y añadió con una sonrisa, según la agencia AFP, “esto es una bomba”, cuando el periodista de La Croix, Nicolas Senèze, le entregó el libro titulado, en traducción al castellano,Cómo Estados Unidos quiere cambiar de papa (Bayard, París, 2019, 276 p.) La tesis central del libro puede resumirse así, en palabras del propio autor: “al darse cuenta de que no van a poder cambiar los mensajes del Papa (ni lograr que dimita), deciden cambiar... de papa” (p. 208). Los que así deciden son los nuevos amos de la Iglesia de EEUU, los laicos conservadores multimillonarios americanos, primera fuente financiera del Vaticano de siempre y, que ahora, arruinadas las diócesis americanas por los costes de los abusos sexuales del clero, estos laicos multimillonarios tienen más poder en esas diócesis que los propios obispos. Reprochan al papa Francisco, básicamente, su rechazo a la mera ética de la prosperidad y su condena al dios dinero. Primero intentaron cambiar a Francisco con mil tretas, siendo la mayor, la del Informe Viganò, que el autor etiqueta como “el putsch”. Viganò, que fue nuncio en EEUU, pidió, entre otras cosas, la dimisión de Francisco quien respondió a este ataque, apelando a los periodistas (en el vuelo de vuelta de un viaje a Irlanda cuando se divulgó el Informe Viganò) que valoraran el informe según su propio criterio de periodistas. No dijo más y no dimitió.

Fracasado el putsch, los multimillonarios americanos deciden intervenir, mafiosamente, en el desarrollo del nuevo cónclave. A tal fin, van a conformar, desde septiembre de 2019 hasta 2020 un dossier de cada uno de los cardenales electores de un eventual próximo cónclave, indicando, entre otros aspectos, su nivel de implicación en los abusos sexuales (la misma excusa que utilizó Viganò para pedir la dimisión de Francisco, aunque a ellos lo que les preocupa es la crítica de Francisco a la divinización del dinero). Así los comportamientos de cada cardenal, según un baremo creado ad hoc, serían calificados como de “grave culpabilidad”, “acusaciones creíbles de culpabilidad...”, “sin reproche”.  (klik egin-ver más)
Javier Elzo, en Grupo Noticias

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