viernes, 29 de noviembre de 2019

AINHOA ARTETA Y EL BATUA

El pasado fin de semana el Teatro de la Zarzuela de Madrid acogió por primera vez en sus 160 años de historia una obra cantada en euskera. Se trata de Mirentxu, de Guridi. La protagonista fue la soprano tolosarra Ainhoa Arteta. En declaraciones previas al estreno la artista se mostró muy contenta de cantar en su lengua materna, “una gran desconocida”, y afirmó que “sería estupendo que hubiera más obras en este idioma, que se hablara más” y también que “el euskera es de todos. Disfrutemos de la diversidad y de la cultura y no nos detengamos en divisiones ni en diferencias, sino en enriquecernos”.
Hasta ahí muy bien. Lo malo viene cuando continúa hablando y dice que cree que los vascos que acudan al espectáculo dejarán “escapar una lágrima” porque escucharán el euskera “de la infancia”, “natural y sin tonterías”, “no el batua de ahora”, que es menos “goxua” (dulce) y que ella, “desde luego”, no entiende.
Como cantante tiene todo mi reconocimiento, pero estos ataques al euskera unificado me parecen injustificables. Lo de que el batua es menos “goxua” no depende del idioma, sino de la capacidad expresiva del hablante. Lo del “idioma de la infancia natural y sin tonterías” es como reivindicar decir y escribir “pistina”, “pántano”, “tses”, “casao”, “esamen” o “toballa”. Y que ella no lo entiende siendo de Tolosa… pues será porque no quiere o porque no presta la mínima atención, porque el idioma es el mismo, a pesar de algunas variaciones dialectales y fonéticas. No exageremos.
Ainhoa: si tanto amas el euskera y tanto deseas que se hable más, ¿cómo puedes ir en contra de la unificación de la lengua, que es, precisamente, lo que la ha salvado de la desaparición? A ti sí que no te entiendo, ni en castellano batua.
Reyes Ilintxeta, en Diario de Noticias

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