Aseguran que la empresa está utilizando amenazas, coacciones e incluso despidos para cercenar el derecho de las trabajadoras e intentar que no exista una representación sindical en su lugar de trabajo para organizarse en defensa de sus derechos.
Los hechos tuvieron lugar a principios del mes de abril cuando, tras varias asambleas, las trabajadoras decidieron llevar a cabo unas elecciones para poder ejercer su derecho a la representación sindical. Sin embargo, las trabajadoras denuncian que desde que la empresa tuvo conocimiento de esta iniciativa, “el trabajo ha sido muy difícil por las continuas amenazas y coacciones sufridas por la plantilla, llegando incluso a despedir a compañeras”. Por su parte, el sindicato LAB presentó el mismo día 17 una candidatura sindical a la dirección de la residencia avalada por 23 de las 34 trabajadoras de la instalación. Sin embargo, la empresa no quiso recibir la propuesta, y desde el sindicato aseguran que se la harán llegar de la forma que sea necesaria. En una nota emitida el día de la concentración, el sindicato aseguraba que se iba a denunciar la situación ante Inspección de Trabajo, y que la lucha va a continuar hasta que se readmita a las trabajadoras despedidas. “Queremos denunciar el atentado que suponen estas medidas antiobreras contra la libertad sindical y los derechos de la clase trabajadora”, aseguraban en la nota. Además, han anunciado nuevas acciones a realizar para oponerse a la actitud de la empresa gestora.
La Voz de la Merindad
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