Desde el año 2009 la política de Honduras gira alrededor de la crisis provocada por el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya. La elección de este 28 de noviembre puede cerrar un ciclo si triunfa la fuerza progresista encabezada por Xiomara Castro, la compañera de Zelaya, o puede dejarlo abierto por tiempo indefinido.
Zelaya asumió la presidencia en enero de 2006 de la mano del partido liberal y sin el apoyo de las históricas fuerzas de izquierda. Este hombre, que provenía de un sector de la oligarquía tradicional, decidió impulsar reformas progresistas para favorecer a los sectores más postergados en un país con altísimos niveles de pobreza. Sus pares no se lo perdonaron y en junio de 2009 lo derrocaron. Si bien intervino el ejército cuando se lo llevó en pijamas de su casa y lo trasladó a Costa Rica, fue el parlamento el que fraguó una supuesta renuncia y su destitución. (klik egin-ver más)
Pedro Brieger, en NODAL
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