jueves, 3 de marzo de 2022

INFORMACIÓN

      Pasan cosas de las que no nos enteramos, bien porque no nos las cuentan o porque nos las cuentan pero no hacemos mucho caso o ninguno. Porque esta invasión de Ucrania, por supuesto inadmisible, no tiene justificación pero sí antecedentes, que nacen hace muchos años pero también en 2014, cuando la revolución del Maidan y el golpe de Estado auspiciado por USA que derrocó a un líder elegido democráticamente por los ucranianos y puso uno más afín. Y todo el asedio a los prorrusos de las provincias prorrusas de Donetsk y Lugansk, eso que se llama el Donbás, asedio en el que ha participado el gobierno del ahora elevado a los altares Zelensky. Quiero decir: los medios de comunicación occidentales vendemos lo que vendemos y lo que solemos vender es la versión o visión del bando en el que más o menos nos hallamos y si Ucrania incumple reiteradamente los acuerdos de Minsk que pactó con Rusia eso no es visto como una barbaridad, ni tampoco si 15.000 personas mueren en 8 años, muchas de ellas civiles, en territorios que han celebrado referéndums para incorporarse a Rusia y en los que el sí ha obtenido alrededor del 90% de los votos. Ya digo, que nada de ello sirve para dar el visto bueno a que Rusia ponga un solo pie en Ucrania ni dispare una sola bala, sino solo para que tengamos en cuenta que la verdad uniforme que muchas veces emana de eventos trágicos como este no es tal, que tras el evidente, injusto y desolador sufrimiento de los civiles ucranianos existen hechos precedentes en los que también ha habido mucho sufrimiento y que no hemos visto. ¿Un sufrimiento justifica al otro? No, claro, esto es aberrante se mire como se mire, solo me parece importante indicar que sin saber quién tiene razón –normalmente ninguna de las dos partes al 100%– antes y ahora nosotros los occidentales también tenemos la obligación de informarnos algo mejor y de una manera más completa.

Jorge Nagore, en Diario de Noticias
    

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