
Sin tiempo para reponernos del susto tras el intento de perpetrar una masacre sin precedentes en Burgos, ETA ha asesinado al menos a dos guardias civiles y herido gravemente a otro hace unos minutos en Calviá (Mallorca). Una auténtica espiral de locura en la que nadie gana nada. Se rescata la s
ocialización del sufrimiento, alocada estrategia de los 90. Una estrategia doblemente asesina, porque además de violar el más elemental de los derechos humanos, conduce irremediablemente al precipicio a muchos jóvenes. Y porque además de dolor para todos, provoca involución. Ya no se le oculta prácticamente a nadie que ETA sobra. ¿Cuándo hablarán de una vez los que se lo callan?
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