Navarra, el Reyno (con perdón), es tierra de diversidad. De hecho, el abanico de negocios que se pueden emprender para especular y traspasarlos al sector público foral en cuanto dejan de ser rentables es muy diverso. Y ahora que la sensación de fin de fiesta se extiende, los reflejos cortijeros se exacerban y los guendulaines se multiplican. Como si hubiera barra libre. Hay tres ejemplos arquetípicos, particularmente sangrantes (que se sepa; habrá más, seguramente; al tiempo).
Juan Carlos Longás (en Distirak)
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