
A Revilla le trae, por tanto, sin cuidado, lo que le ocurra a Aminetu fuera de España. Nada nos puede extrañar ya de la incontinencia de este osado individuo elevado a presidente de su comunidad, que insultaba reiteradamente a las instituciones vascas y que le cogió gusto a contar públicamente cómo se estrenó en las Cortes de Bilbao. Mejor haría en responder de su incompetencia ante los propietarios que adquirieron su vivienda en zonas protegidas cuando él era consejero de Obras Públicas de Cantabria y que ahora tienen que aguantar de forma exclusiva las consecuencias.
Praxku
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