Primero fue el obispo de Bilbao, que dijo: "No puede haber perdón si antes el culpable no pide perdón". Luego fue el obispo de San Sebastián, que reiteró: "No puede haber perdón si primero el culpable no se arrepiente". Por fin, el obispo de Pamplona concluyó: "No puede haber perdón sin que el culpable haya primero cumplido la penitencia".
No sé cómo interpretar estas declaraciones últimamente reiteradas al unísono por los actuales obispos de las diócesis vascas. Tal vez intentan, a la desesperada, sostener al decaído sacramento de la confesión con las cinco condiciones impuestas por Trento en el siglo XVI: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. (klik egin-ver más) Joxe Arregi, en su blog
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