“Su esposa ha cruzado el control de pasaportes del aeropuerto de Riad”, avisaba el SMS del Departamento de Inmigración de Arabia Saudí. El receptor y su mujer, que estaban a punto de coger un avión juntos, no daban crédito. ¿A qué venía tal preocupación por parte de las autoridades? La difusión de su caso en Twitter ha sacado a la luz el descontento de muchos saudíes con el trato de segunda clase que el Reino del Desierto da a sus ciudadanas.
“Las autoridades están usando la tecnología para vigilar a las mujeres”, ha denunciado Badriya al Bishr en el diario Al Hayat. La medida da pie a la activista para criticar “el estado de esclavitud en el que se mantiene a las mujeres” en Arabia Saudí, un país en el que necesitan el permiso del padre o del marido para trabajar o viajar, y el único del mundo que les prohíbe conducir. (klik egin-ver más)
Ángeles Espinosa, en El País
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