Dicen que el hábito no hace al monje, pero lo que sí es más certero es que la última sotana de fraile franciscano que se va a ver en Olite/Erriberri es la que todavía pasea estos días fray Agustín Pérez de Arenaza. Este donostiarra de 83 años será posiblemente el último fraile entunicado que se vea en la localidad, después de que la orden franciscana haya anunciado que deja el convento y la iglesia olitense dentro de un mes, tras aproximadamente 800 años de presencia en el pueblo. El padre Agustín, que será trasladado a un colegio de Soria, es un hombre garboso. A primera hora de la mañana recorre la calle San Francisco para, con su bolso, txapela y hábito, ir a comprar bien temprano y atender otras necesidades de un convento casi vacío, que hace 50 años llegó a albergar 100 almas y ahora acoge a solo tres. La de Agustín es la única sotana que, por poco tiempo, se pasea anudada a un balanceante cordón blanco. Agustín, el último fraile entunicado.
Luis Miguel Escudero, en El Olitense
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