El martes fue día de rebajas en el Vaticano. Un sector del clero, asustado por la repercusión mediática ante la posible apertura de la Iglesia hacia homosexuales y nuevas familias, se apresuró a echarle agua al fuego de las expectativas. El cardenal sudafricano Wilfrid Fox Napier y el italiano Fernando Filoni comparecieron para advertir de que el extenso documento sobre las discusiones del Sínodo de la Familia hecho público el lunes es solo un borrador, “no refleja la riqueza del debate” –o sea, las profundas discrepancias sobre los temas candentes—y, lo que es peor a su juicio, “genera expectativas excesivas a quien pueda pensar que ya existen soluciones para cuestiones tan problemáticas”. (klik egin-ver más)
Pablo Ordaz, en El País
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