En los casi 25 años que llevo escribiendo en periódicos pocas veces, como mucho cinco, me he quedado tan estupefacto, en pleno estupor, como ayer al ver en portada que el ayuntamiento de Barañáin ha construido una pista de atletismo de brea. De asfalto. Una pista de atletismo de asfalto. Doblé y abrí la portada varias veces al cabo del día para ver si era una broma. No lo era. El estupor dio paso entonces a la indignación. Porque es un insulto a Barañáin, al atletismo en general, a la larguísima y fantástica historia de la sección de atletismo de Lagunak con Luis Requetibate Reque a la cabeza -Igor Soto, Joaquín Díaz de Cerio, Rita Lora, Arantxa Reinares, Íñigo Monreal, José María Romera, Sergio Fernández, la lista es extensísima y de mucho nivel desde hace más de 30 años- que se haga una pista de brea. Porque eso no es una pista de atletismo, como no es un campo de fútbol uno que está en cuesta y ladeado, un frontón con las paredes de mantequilla, uno de baloncesto con las canastas de plastilina, los tableros de esponja y el suelo de arena o una piscina llena de ácido sulfúrico. Señor Mendive y señor concejal de Urbanismo: el atletismo es con clavos en las zapatillas. Clavos, cositas pequeñas afiladas, ya saben. Se usan para agarrarse bien al terreno para tomar las salidas sin resbalar si el suelo está mojado, para batir en los saltos, para hacer cambios de ritmo -hay curvas, señores-, para no lesionarse al lanzar. Los usan ¡todos los atletas desde el siglo XIX! ¡No se puede usar clavos en brea! ¡No se puede hacer atletismo en pista sin clavos! ¡Jamás en ninguna parte ha habido una pista de atletismo de brea! Eran de tierra, de hierba, de ceniza y ya desde 1968 de tartán, como la que se ha derribado para meter ahí a Mercadona, como la que tienen que rehacer ustedes desde ya. Es que no me puedo creer estar escribiendo esto. ¡Dios qué puto país!
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario