
El mensaje de las bases ha sido contundente, y la dirección tendrá que replantarse ahora los mecanismos de participación interna y el papel de los círculos, los principales puntos de fricción con las bases más activas del partido. Desde los círculos vienen criticando desde hace meses su pérdida de influencia en el partido, así como la deriva en el control de la organización, ejercido de arriba abajo, en lugar de abajo arriba, contradiciendo los principios fundacionales de Podemos, que nació como un "partido-movimiento". (klik egin-ver más)
Iván Gil, en El Confidencial
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