
Clownman, nos aseguraban los mismos, rápidamente entraría en vereda: la maquinaria del Congreso, su Gobierno y las agencias de seguridad americanas iban a aplacar al histrión metódicamente. Después del show de telerrealidad, que permitió a la derecha más reaccionaria hacerse con las riendas del Gobierno federal, la sana gestión conservadora iba a recuperar sus derechos. Donald Trump sólo se exhibiría de vez en cuando en la vitrina. Sería el presidente crisantemo encargado de excitar a los espectadores de Fox News y a las masas de paisanos revanchistas. (klik egin-ver más)
François Bonnet, en Mediapart
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