
Que en un país de apostadores se siga apostando no parece, a priori, una gran sorpresa. Sin embargo, el auge de las apuestas deportivas y, en especial, la tendencia creciente del juego online, que despoja a esta práctica de carácter (y control) social, han despertado algunas alarmas. La alerta llega en gran medida desde las asociaciones de jugadores rehabilitados, y viene alimentada por el boom publicitario: la Real Sociedad es el único equipo de Primera que no cuenta entre sus sponsors con una casa de apuestas –unos patrocinios que han sido prohibidos por ejemplo en Italia–. (klik egin-ver más)
Beñat Zaldua, en GARA
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