El día 18 de septiembre, la parte en euskera de un cartel colocado a la entrada de Villafranca en el que se leía “Villafranca no tolera las agresiones sexistas. Alesbesek ez du eraso sexistarik onartzen”, fue sustituido por esta leyenda “Villafranca no olvida (a) los asesinatos de ETA”.
Semejante hazaña fue elogiada por Daniel Cuesta, edil en Berriozar por Navarra Suma, añadiendo en su twiter que agradecía “el detalle” a la alcaldesa de Villafranca, de UPN,lo que colocaba a esta en un mal lugar, dando a entender que aquella era la autora intelectual del hecho. De hecho, la gesta sentó tan bien en las huestes de Esparza que tal bravuconería sería recibida por un aluvión de “me gusta” en las redes oficiales de Navarra Suma.Por cierto, y esto lo digo solo de pasada,existe cierto sector villafranqués que, extrañado de que alcaldía no reaccionara al momento contra esta agresión, está esperando sentado la condena del atentado por parte de la presidente de la corporación municipal.
Cuando leí la noticia, me extrañó mucho que quien eliminó la frase en euskera no se hubiese llevado por delante el letrero entero y, a continuación, arrojarlo a las aguas del río Aragón.
Lo digo por una razón.Navarra Suma, UPN mucho antes, comulgan del mismo planteamiento que el del cardenal Cañizares, aquel que, en tiempos no lejanos, pedía a los católicos que desobedecieran aquellas leyes que considerasen injustas “basadas en la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad de toda la historia, que es la ideología de género". Amén. (klik egin-ver más)
Víctor Moreno Bayona
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