
Una semana después, el 7 de noviembre, ya en plena campaña electoral, la Asamblea de la Comunidad de Madrid aprobaba por mayoría de votos una propuesta presentada por el grupo Vox, que contó con el apoyo del Partido Popular y Ciudadanos, en la cual se pedía “ilegalizar los partidos separatistas que atentan contra la unidad de España”. La propuesta concretaba que había que hacerlo aunque estos partidos utilizaran “los instrumentos legales a su alcance o procediendo a las reformas legales que habiliten a ello”. (klik egin-ver más)
Borja de Riquer i Permanyer, en La Vanguardia
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