
Por su parte Skósyrev se comprometía a atraer un flujo de inversiones que tenían que rescatar a Andorra de la cola del ranking económico europeo. Dos semanas más tarde, Just Guitart, obispo de Urgell y copríncipe de Andorra, lo acusaría de usurpación y ordenaría su detención. Un pelotón de la Guardia Civil penetró en territorio andorrano (sin encomendarse ni a Dios ni al demonio) y lo detuvo y lo trasladó a Barcelona, donde el juez español Bellón le aplicaría la "Ley de Vagos y Maleantes". Skósyrev sería encarcelado en Madrid y, posteriormente, expulsado de territorio español. Nunca más volvería a Andorra, pero su proyecto sería la semilla del desarrollo económico del Principado. (klik egin-ver más)
Marc Pons, en elnacional.cat
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