Queriendo darle un aire más amable, se han cambiado 120 metros de deterioradas redes metálicas por un vallado de madera. También se han plantado photinias, un arbusto cada vez más popular que se espera que en dos años se convierta en un frondoso seto. Estas no requieren de mucho mantenimiento y dotarán de más intimidad a los usuarios. Se han plantado nuevos árboles, además de los plataneros que ya llevaban tiempo. A su vez, se ha instalado el riego por goteo para el mantenimiento de los mismos. La última reforma ha sido la colocación de unas mesas y bancos en cada aparcamiento, y unas marcas para delimitar las zonas, dándole una presencia más significativa al lugar.
Parece que las “casas ambulantes” son una buena opción para viajar en tiempo de pandemia y el área de Tafalla ha sido este verano testigo de ello. Se abrió en 2014, orientada a darle uso al recinto ferial, más allá de acoger los eventos relacionados con las ferias de ganado y servir como almacén municipal. Se aprovechó la idónea ubicación, ya que contaba con las instalaciones del local que ha sido utilizado puntualmente como bar y el parque infantil, al que suelen acudir bastantes familias.
Ion Kepa Soltxaga, técnico del Consorcio de Desarrollo de la Zona Media nos ha explicado que el objetivo es seguir ampliando los servicios de la zona, no solo por mejorar el sitio para pernoctar, sino que también para impulsar la vida del barrio.
La Voz de la Merindad
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