El camino va casi paralelo al barranco del Saso, donde hace años la Sociedad de Cazadores hizo una importante plantación de tamarices.
Unos perros inquietos y saltarines se acercan, nos olisquean y ladran. Sus dueños, dos cazadores, se acercan y nos los quitan de encima.
- Ahora nos dejan sacar a los perros al campo - nos comentan - Viene bien porque así se desfogan.
- ¿Que si hay poca caza? No hay apenas nada. El jabalí está haciendo estragos. Se come los huevos y las crías de la perdiz y del conejo. Durante el día está a la fresca dentro de los maizales y al atardecer se mueve para darse el festín. (klik egin-ver más)
Tafalla a Pie
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