Casi cincuenta años después, circular rumbo al sur es como visitar cajeros automáticos en una larga noche de juerga. Los peajes aparecen aquí y allí, obligando a pasar la tarjeta de visita en cortos tramos de kilómetros. Te acabas dejando una pasta. Desconozco sin las autopistas son un buen negocio; iniciativas recientes en el entorno de la Comunidad de Madrid han terminado en una ruina inasumible. Un error de cálculo. O un exceso de ambición. En Navarra, hoy conocemos que Audenasa, la sociedad semi pública que gestiona la AP-15, repartirá este año un dividendo de 44 millones de euros después de recibir una compensación del Gobierno de Navarra por la caída del tráfico durante la pandemia. El Ejecutivo abonó 6,2 millones en contra del criterio de la Intervención, cuyos cálculos se cifraban en 1,2 millones. Comptos no apreció ilegalidad. No vine aquí para perder dinero...
Varias autopistas de peaje se han liberalizado este año con notable alivio para el bolsillo de los usuarios. La AP-15 no tiene fecha en el horizonte (la actual concesión acaba en 2029) para concluir su labor recaudatoria. Vecinos de localidades próximas y usuarios diarios que deben acercarse a Pamplona, en particular de la Ribera, han pedido de forma reiterada la gratuidad
Félix Monreal, en Diario de Noticias
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