Pero Mañueco no es Ayuso y Castilla y León no es Madrid. Y resulta que allí Vox ha acabado por comerse a esa "derechita cobarde" que cada vez se diluye más dentro de la extrema derecha. Y nos ha alumbrado un monstruo; un monstruo que crece a una velocidad difícil de digerir, a dos años (a lo sumo) de unas elecciones generales y a pocos meses de unas andaluzas. Un monstruo que tiene nombre, fascismo, y que ahora cuenta con opciones de entrar en un gobierno por primera vez en la historia de esta maltrecha democracia española.
El PP pretendía gobernar cómodamente en solitario y el tiro le ha salido por la culata. Porque además aspiraba a sacarle tanta ventaja a Vox que la simple posibilidad de un gobierno conjunto fuera impensable. Y aquí estamos: con un Mañueco que se queda a diez procuradores de la mayoría absoluta y un Vox que crece de uno a trece (gana 136.687 votos) y sin cuyo apoyo el PP nada puede hacer. (klik egin-ver más)
Virginia Pérez Alonso, en Público
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