miércoles, 6 de mayo de 2009

ANICETO GURREA, EL ZAPATERO QUE ENCONTRÓ EN LAS FLORES LA HORMA DE SU ZAPATO


Hace ya unos cuantos años que los oficios artesanales pasaron a las páginas de la historia y, aunque algunos se mantienen, en general, la mano de obra ha sido sustituída por la máquina. Nuestro vecino Aniceto Gurrea Nuin, zapatero de profesión, vio en poco tiempo cómo desaparecían hasta siete establecimientos dedicados al remiendo de zapatos, en una ciudad que conoció incluso once. Nacido en Beire hace 76 años, a la edad de cinco vino a vivir a Tafalla obligado por las circunstancias dramáticas, trágicas, que vivió su familia.

Tenía tres años cuando el 10 de agosto de 1936, en Caparroso, fusilaron a su padre Marino Gurrea Jusué. Era labrador y tenía 39 años. Con él, segaron la vida de su viuda Ciriaca que no pudo soportar la presión de tener que vivir en el mismo pueblo de donde se llevaron al marido sin explicaciones previas, y se vino a Tafalla, con sus dos hijos pequeños, en busca de trabajo y de un sosiego que sólo encontró cuando dejó el mundo de los vivos. Para sacarlos adelante se puso a servir, pero su salud, muy debilitada por el sufrimiento, se quebró definitivamente a los 53 años después de un proceso de bronquitis. (klik egin-ver más)
Mari Jose Ruiz (La Voz de la Merindad)

No hay comentarios:

Publicar un comentario