La posición geopolítica de Brasil ha cambiado en el escenario mundial desde el ascenso de la extrema derecha. Los que siguen la agenda climática han de recordar que, en otras épocas, Brasil fue un actor importante en las negociaciones del Acuerdo de París y en la defensa de que otros países establecieran objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La negativa del gobierno de Jair Bolsonaro de acoger la 25ª edición de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP25), sumada a la vergonzosa participación de la delegación gubernamental en el evento y los incendios en la Amazonia ocurridos en el año 2019 son ejemplos que caracterizan nuestra imagen actual.
Las consecuencias ambientales del ascenso de la extrema derecha en el país harán temblar el tablero climático de los próximos años y, por lo tanto, deben ser conocidas no sólo por los brasileños, sino por todas las nacionalidades que están comprometidas con la democracia y el cambio climático. Este artículo presenta un panorama del avance de las grandes corporaciones sobre las aguas brasileñas, especialmente sobre el servicio público de abastecimiento y saneamiento, con el objetivo de mostrar que el gobierno de Jair Bolsonaro echa mano de la agenda neoliberal para vender las aguas brasileñas a las corporaciones internacionales, mientras tanto, 33 millones de personas aún no tienen acceso a los suministros de agua –lo que corresponde a un 16,4% de la población– y más de 120.000 personas han muerto de covid-19 hasta ahora. (klik egin-ver más)
Caroline Rodrigues da Silva / Danilo George Ribeiro, en CTXT
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