
No obstante, las mejores impresiones a la larga son las que hablan de que se afianza un saneamiento financiero. En los dos últimos años, la abultada deuda que había se ha reducido 20 puntos, 10 en 2017. A fecha de 1 de enero, el Ayuntamiento tiene todavía hoy una endeudamiento vivo de 4 millones, unos 350.000 € menos que hace un año, que sitúa su nivel a un pelo del 110%, barrera que si se baja permitiría acudir, si fuera necesario, a un préstamo bancario ahora vetado por los números rojos.
Hasta el año 2016, en lo profundo de la crisis económica, la deuda con las entidades financieras era de 4,8 millones, un 130%, lo que forzó prácticamente una intervención exterior de la cuentas para que regresaran a unos parámetros razonables, de equilibrio de presupuestos, ingresos suficientes y cumplimento de obligaciones que, poco a poco, se han logrado con sacrificios e inteligencia. Parece que lo peor ha pasado.
El Olitense