230 personas, vecinas o vinculadas a Murillo el Fruto han firmado un documento en apoyo al recurso presentado por los concejales de la Agrupación Independiente ante el Departamento de Ordenación Territorial y Urbanismo en el que se rechazaba la alternativa prevista para la construcción del acceso a la planta del proyectado “Centro de Gestión y Valoración de Residuos” que promueve en el municipio la firma Indurgarbi SL.
Frente al trazado acordado en el concierto previo entre la administración foral y el alcalde hace justamente un año, en el que se preveía construir un vial independiente a partir del enlace sur de la variante, la modificación propuesta por la empresa promotora supondría de llevarse a cabo que el acceso transcurriría al límite del casco urbano, a escasos 25 metros de las primeras viviendas de la localidad y muy próximo también a un solar propiedad del Ayuntamiento y apto para la construcción de viviendas de protección oficial. El hotel rural Txapi Txuri sería actualmente el más afectado.
También resultaría afectado un camino agrícola por el que circulan tractores, y es muy frecuentado por pastores que trasladan ganado ovino de una zona a otra del pueblo y por numerosos vecinos que pasean hacia la presa.
Los concejales de la oposición municipal denunciaron recientemente el intento de Indurgarbi de minimizar el impacto del paso de vehículos por la zona. Según los datos proporcionados por la misma empresa, cerca de 11.000 camiones, con una carga media de 20 toneladas, depositarían anualmente residuos en la planta. Es decir, unos 45 camiones diarios en trayecto de ida y vuelta.
Al margen de la discusión planteada por el trazado, la desconfianza es mayor por cuanto que algunas de las intenciones proclamadas por el promotor, ex-concejal de UPN en Irurtzun, han quedado posteriormente bajo sospecha. Donde se anunció que iba a generar 50 puestos de trabajo, parece ser ahora que se van a reducir a 19. Lo que en un principio iba a ser gestión de residuos inocuos va a incluir el tratamiento de fangos de depuradora. Posiblemente los vientos hagan que sea muy a menudo en el pueblo vecino de Carcastillo donde tengan que soportar la mayor parte de los olores. Muy cerca de aquí, los habitantes de Figarol y sobre todo los de la cercana localidad zaragozana de Alera conocen en forma de olores nauseabundos los efectos de la instalación de una planta de tratamiento de residuos animales. La situación se puede reproducir en Murillo y Carcastillo. Al tiempo.
(Publicado por Gerindabai)