Los únicos que no ven que este es un régimen policiaco son quienes se benefician de él y lo apoyan, por ejemplo Juan Cruz, desde su palestra del grupo Prisa. Muy ciego hay que estar para no darse cuenta de que la Ley Mordaza –contra la que las cabezas (bien)pensantes del régimen nada han dicho desde sus palestras de lujo–, supone un serio quebranto del Estado de Derecho por cuanto no solo recorta de manera seria el ejercicio de derechos fundamentales, sino que hurta a los tribunales la defensa efectiva de los ciudadanos que han padecido maltratos y abusos de autoridad por parte de los antidisturbios y que, además de apaleados, pueden ser multados de manera grave, impune y arbitraria. El siguiente paso, como continuación a la prohibición de publicar fotografías como la que ilustra esta nota, es recortar la libertad de expresión, tanto en la Red como en los medios de comunicación (si todavía queda alguno) que no sean servidores de este régimen. Queda por ver si la derogación (inmediata) de esta ley figura en el proyecto de alguno de los partidos que propugnan un cambio, o de ello hablan con sentido escaso. El régimen policiaco del PP se ha impuesto sobre la degradación primero y la frustración enseguida de la democracia. Quien habla de integración, lo hace de complicidad. Y ya veremos, enseguida, sus secuelas, el miedo a expresarse libremente la primera de ellas. Nos quieren acoquinados… y felices con la boca cerrada. No hace falta ser adivino del porvenir para verlo. País de ciudadanos sometidos este, con derechos de papel..jpg)
El franciscano José Mª Ibarbia se puso al frente del primer Orfeón Olitense un 12 de diciembre de 1957, formación que nació bajo el patrocino de la Institución Príncipe de Viana de la, entonces, Diputación Foral de Navarra. Aquel primer grupo, origen de la actual Coral Olitense, prodigó sus voces más allá de Olite, con conciertos que se escucharon en San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Zaragoza, Zarautz, Tafalla, Estella o Tudela, entre otros la de la primera época.
Me cuesta ver esas dos palabras en la misma frase, indefensión e infanta, salvo que hayan sido utilizadas como el oxímoron que son. Que el fiscal reconvertido en abogado defensor las utilice para desprestigiar el auto del juez es, cuando menos, sorprendente y debería demostrarlo. 
