Este
fin de semana pasado ha sido duro y difícil para algunos de nosotros.
Tras un año y medio de trabajo, ilusión y esperanza, la lluvia ha hecho
que la fiesta del Nafarroa Oinez haya terminado con un sabor agridulce.
Todos los Oinez son positivos porque crean grupo entre las familias que
componen la cooperativa de padres de la Ikastola organizadora. Este no
ha sido diferente y os puedo asegurar que ha sido un placer ver cómo el
auzolan y el espíritu de colaboración y cooperación con el que nacieron
las ikastolas y que tanto dice del mundo euskalzale sigue vivo y fuerte.
Sólo así se explica que a pesar de las condiciones meteorológicas el
Oinez no se suspendiera y todos los escenarios, actividades y servicios
de comida… salieran adelante.
Sin
embargo, el mal tiempo y, como consecuencia, la menor afluencia de
gente han hecho que los ingresos hayan sido muy escasos. San Fermin
Ikastola necesitaba este Oinez para la ampliación del edificio de
Secundaria, un proyecto estratégico para la Federación de Ikastolas,
para las 15 Ikastolas. La necesidad sigue existiendo y, por ello,
agradeceremos todas las aportaciones que estéis dispuestos a hacer.
Muchas gracias a todos y todas. Agur bero bat.