Escribo este artículo desde mi simpatía con la causa nacional catalana y mi desacuerdo estratégico con el procés. Siempre he pensado que había en él no sólo equivocaciones tácticas, sino también errores de diagnóstico. Desde la perspectiva de quienes lo han liderado (prescindiendo ahora, por tanto, de los errores y comportamientos antidemocráticos de quienes se han opuesto a él), creo que el soberanismo catalán en su conjunto tiene que hacer una profunda reflexión. La mayor responsabilidad le corresponde al Estado, que se ha cerrado al diálogo, ha empujado a la mayoría soberanista del Parlament a una carrera desesperada y ha actuado finalmente con una arbitrariedad injustificada. Pero el nacionalismo catalán tenía que haber jugado otras bazas. Después de lo que ha pasado, ¿a quién ha fortalecido y a quién ha debilitado? (klik egin-ver más)
Daniel Innerarity, en La Vanguardia