Las medidas nacionalizadoras y recuperación de las riquezas básicas, ejecutadas
en América Latina o África o Asia, siempre han sufrido la ira de los centros
coloniales y las empresas afectadas. Los ejemplos no faltan a la cita. Lázaro
Cardenas, Jacobo Arbenz, Fidel Castro, Omar Torrijos, Velazco Alvarado, Salvador
Allende, Evo Morales, Hugo Chávez, la lista es amplia. Acostumbrados al ordeno y
mando, los arrogantes imperios desconocen el concepto de independencia y
soberanía. Son reticentes al trato de igualdad. El paternalismo anclado en
posiciones de fuerza articula el discurso de la soberbia imperial. Revelarse
contra la autoridad paterna y el orden establecido debe merecer un castigo
ejemplar. Bloqueos, procesos desestabilizadores, estrangulamiento económico,
magnicidios o Golpes de Estado. En estos días, la expropiación de una empresa
privada, Repsol YPF, cuyos intereses sólo representan a sus accionistas y cuyo
objetivo es obtener beneficios a costa de cualquier consideración ética,
jurídica, moral y medio ambiental, despierta la ira de los centros de poder
hegemónicos, sus instituciones y principales dirigentes políticos.
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Marcos Roitman, en La Jornada, prensa mexicana