Se preveía complicado para el equipo local el encuentro que enfrentaba el domingo al Azkarrena y al Injerto de Berbinzana (1-3 al final), y de hecho fue accidentado, puesto que el número de amonestados fue inmenso. Sin embargo, el protagonismo fue para el público, y desgraciadamente. En la primera mitad, un sector de la grada comenzó a increpar a una linier con comentarios machistas. Desde megafonía se instó a que este comportamiento cesase, algo que sin embargo no ocurrió. En la segunda mitad, el trío arbitral, compuesto por Josu Ganuza y los auxiliares Martín y Rosmery, decidió parar el partido y llamar a la Guardia Civil para frenarlo. Los agresores fueron identificados y se les tomó declaración. Otra vez, unos actos vergonzosos que ensucian el deporte.
D.D.B. (Diario de Noticias)