Parece ya fuera de toda duda de que va a ser el euskara una de las ovejas muertas en la reunión de pastores del pacto UPN-PSN. De las otras (educación, sanidad, servicios sociales, política sostenible de vivienda) nos vamos enterando poco a poco. La enésima pirueta de los socialistas navarros sobre el tema va a mandar al cesto de los papeles un nuevo intento de cambiar una Ley del Vascuence mezquina y obsoleta de cuya intangibilidad hace casus belli UPN.
Los muchachos de Roberto Jiménez se deben de encontrar cómodos compartiendo con los regionalistas las trincheras del no pasarán antivasco. Con las mismas bendiciones socialistas llegan las rebajas presupuestarias. A consecuencia de ellas el Gobierno de Navarra va a gastar menos dinero en euskara que en los peores tiempos de Pegenaute. Euskarabidea, el invento con el que el CDN intentaba convencernos de que "algo" iba a cambiar la actitud de las instituciones con respecto a la lengua vasca, queda en la práctica desmantelada por efecto del recorte. No podemos decir que no estábamos avisados. Desde finales de agosto ya venía anunciando Miguel Sanz, como una de las recetas contra la crisis, que él no se iba "a gastar dinero en la promoción del vascuence", sino en "la de los idiomas comerciales europeos" (sic).
Como si una cosa estuviera reñida con la otra. Casualmente, es Euskadi, donde gastan tanto dinero en la promoción del euskara como en la de los "idiomas comerciales", la comunidad autónoma del Estado que mejor aguanta el vendaval económico. Ayer, la edición electrónica de otro periódico nos ofrecía la fotografía del propio Sanz en una sesión del Senado francés. Nuestro presidente lucía los cascos desde donde recibía puntualmente la traducción del resto de las intervenciones. Si fuera por lo que a su dominio "de los idiomas comerciales" se refiere, don Miguel no vendería un peine, ni en Europa ni en ningún otro sitio.
Aingeru Epaltza (Diario de Noticias)