Haciendo una recapitulación de la hemeroteca de esta pasada semana, el balance que nos ofrece me produce esta sensación de que estamos cerca del final.
Comienza Patxi Zabaleta el lunes día 1 diciendo que “llámese NaBai o de otra manera, nuestra oferta electoral debe aspirar a ser la primera fuerza política de Navarra”. Sigue el martes día 2: “Aralar y EA reafirman su compromiso político de NaBai para 2011”, para continuar Txentxo Jiménez el viernes en un tono parecido: “NaBai vive un momento importante, cuya solución será esplendida”.
Pero la semana se tuerce. Primero el sábado con las declaraciones de EA: “A la sociedad no le importan las ansias de poder que pueda tener algún partido en el seno de NaBai”, y finalmente con una entrevista a T. Jimenez el domingo cuyo titular es: “para el verano se sabrá si NaBai va a las elecciones”.
Demasiadas veces (cinco) se utiliza la palabra NaBai, para lo poco que importa en el fondo de toda la cuestión. Llegar a la conclusión de que únicamente se importan ellos mismos y que cuando hablan de intereses, éstos no se refieren a la coalición, ha sido sencillo pero a la vez decepcionante.
Los cerca de 80.000 votantes que auparon a Nafarroa Bai a ser una alternativa de gobierno y que se ilusionaron con sus perspectivas de futuro, qué poco están contando a la hora de su destrucción. Contra ellos, los de un puñado de personas que creyéndose los dueños de todo el proyecto, deciden su futuro por todos aquellos.
Aun habiendo perdido parte de su prestigio, todavía quedaba el suficiente para poder intentarlo de nuevo, pero en estos últimos días, como si de forma intencionada fuera, el desprestigio que la coalición está adquiriendo dentro y fuera de sus estructuras, está consiguiendo satisfacer a todo el abanico político foral, a excepción de a nosotros mismos, naturalmente. Y cuando me refiero a nosotros, me refiero a los votantes, pues ya dudo mucho que este no sea el objetivo a conseguir por quienes apuestan por apagar la luz si no es la suya la que deslumbra.
Si NaBai se rompe, la condena será larga y dura. Con los incondicionales de cada partido conseguirán representación, y otros 20 años de reinado para los de siempre. Pero desde ahora os digo que con mi voto no contéis, no sé cuánto supone un voto en el porcentaje de la abstención, pero ese porcentaje aumentará aunque sea de forma insignificante, como aumentará la opción del desencanto con mi ausencia.
Yo personalmente lo he intentado, y no me siento en absoluto responsable de todo lo que está sucediendo, pero mi reflexión a día de hoy, es que ya no sé si interesa un parche que arregle esta situación de una forma provisional, pero que mantenga intacto el mal original. Quizás la pregunta que todos nos deberíamos hacer es si nos apetece seguir manteniendo este engaño, si podéis seguir ofreciendo algo que habéis estado continuamente incumpliendo, porque ya nadie cree que creáis en conceptos que sonaban tan bien como transversalidad, polietika, emakumentalidad, mestizaje, unibertzale, etc. etc. etc.
He empezado diciendo que el tiempo se acaba, y así es porque el tiempo debería estar unido a la ilusión, a las ganas de trabajar por algo, y no al hartazgo y a las ganas de mandar todo a la m…, en fin, lo que me empieza ha apetecer es irme a mi casa de donde quizás nunca tuve que haber salido.
Patxi Leuza, Antsoaingo NaBaiko zinegotzia.