Los creyentes tienen derecho a no abortar, a no divorciarse, a no comer cerdo, a no hacer uso de la eutanasia y morir sufriendo, tienen derecho a relaciones sexuales sólo para procrear, a casarse sólo con personas del otro sexo, tienen derecho a no querer ver ciertas películas o a no leer ciertos libros,….....
Pero no tienen ningún derecho a decirme a quien debo amar, como debo morir, qué debo comer, como debo vestir, de qué cultura puedo disfrutar, qué libros puedo leer, qué películas puedo ver, qué sexo practicar y con quien.
No tienen ni la autoridad ni el derecho a basarse en sus creencias particulares, para redactar leyes y comportamientos obligatorios para todo el mundo. (klik egin-ver más)
Marc Cabanilles, en diario Levante