Absolutamente impresentable la presencia ostentosa de la Guardia Civil previa al inicio del cohete anunciador de nuestras fiestas, tomando las calles del Casco Viejo, identificando a trabajadores de bares bajo la vaga excusa de que desde una página de Internet se convocaba un acto a favor de los presos de ETA.
Pese a haberse tirado ya el cohete, las peñas de Tafalla, con buen criterio, no dieron el comienzo de las fiestas hasta la retirada de las fuerzas armadas de la ciudad. Nos consta el malestar del Ayuntamiento ante lo sucedido, pero no es suficiente. No fueron capaces de prever la situación o actuar de inmediato antes. Lo hicieron tarde.
La reacción de las peñas fue así fundamental para hacer reaccionar a las autoridades y provocar la retirada de la Guardia Civil de las calles.
Muchos vecinos, tras lo sucedido este 14 de agosto en el arranque de fiestas, tienen la sensación de que todo un pueblo parecía culpable… ¿de qué? Por desgracia, la estrategia del terror de ETA sirve de excusa para estrechar cada vez más los conceptos de democracia y libertad de expresión.
Las fiestas son, o al menos así deberían serlo, un lugar y un tiempo de esparcimiento y libertad de todos los vecinos, independientemente de cuál sea su ideología. El delito es delito y la libertad es libertad. No valen coacciones ni amendrantamientos que, por cierto, consiguen el objetivo contrario a sus proclamadas intenciones. ¡No a la espiral de violencia y represión! ¡Por unas fiestas en paz y libertad!
Gorka Lorea Malumbres, ex concejal IU (Diario de Noticias)