El BNG y Podemos están decididos a actuar políticamente como el agua y el aceite. No ligan. No se mezclan. Si el martes era Íñigo Errejón, número dos del partido morado, quien le ponía en dedo en el ojo del Bloque, al situarlos fuera de la candidatura gallega de unidad con la que concurrirán a las elecciones generales, ayer fue el portavoz nacional del Bloque, Xavier Vence, quien devolvió el golpe, al criticar la «arrogancia» con la que, en su opinión, está actuando en este asunto el partido que lidera Pablo Iglesias Turrión.
Vence se despachó sin disimulo con Podemos en el transcurso de una rueda de prensa que giró en torno a la crisis por la que atraviesa el sector lácteo. Aunque formalmente mantuvo viva la posibilidad de que toda la izquierda -desde Anova hasta Podemos, pasando por Esquerda Unida o Compromiso- concurra bajo la misma marca a las generales para constituir en las Cortes «un grupo parlamentar propio», lo cierto es que, en la práctica, dio por rota dicha unidad al cerrarle las cancelas a los requisitos puestos por Podemos sobre la mesa para la confluencia.
El partido de Iglesias Turrión insiste en que la candidatura gallega de unidad debe llevar el nombre de Podemos y en que los diputados gallegos no podrían configurarse como grupo autónomo, sino que actuarían en las Cortes bajo la marca Podemos. Xavier Vence se mostró tajante sobre estas dos condiciones: «Non aceptaremos ningunha candidatura que se supedite a unhas siglas». Y acusó a Podemos de actuar con una «considerable arrogancia» por pretende «impoñer as regras do xogo dende Madrid». Es decir, el grupo o es gallego y autónomo o en el mismo no estará el BNG.
La Voz de Galicia