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¿Quién atesora más valor, el que empuña un fusil para encañonar al semejante en una guerra de corruptos intereses y lejana, o el que se planta y arriesga a años de cárcel con la convicción de que no se le ha perdido nada en aquella carnicería que se libraba hace 90 años en el norte de Marruecos, en la región del Rif que peleaba por liberarse del yugo colonial que le sujetaba a Francia y España?
Un olitense de 1923, Cesáreo Azcárate Domingo, se vio involucrado en un motin ocurrido en Málaga en el que 74 soldados se negaron a embarcar hacia Melilla, primera línea del frente. Otros tres navarros más acabaron entre rejas como el paisano que no quería ser carne de cañón. En ello, posiblemente, también pesó la vieja reticencia de los naturales del Viejo Reyno a incorporarse a una milicia obligatoria que hasta la llegada de los Borbones eludió Navarra y también el indigno sistema que redimía de acudir a filas a quienes tenían dinero para pagarse un sustituto. (klik egin-ver más)
Luis Miguel Escudero, en El Olitense
