El anuncio de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones generales al próximo 28 de abril ha provocado de manera especial en Navarra la . proliferación inmediata de múltiples especulaciones sobre el sentido en el que la coincidencia en apenas un mes de dos convocatorias electorales -generales primero y municipales y forales después- puede afectar a los resultados.
No es la primera vez que dicha coincidencia se da, si bien el precedente es ya lejano: las segundas elecciones de la etapa democrática las adelantó la UCD de Adolfo Suárez, que con mayoría relativa no podía gobernar, al 1 de marzo de 1979. El 3 de abril del mismo año se celebraron las primeras elecciones municipales, coincidentes con las autonómicas en todas las comunidades salvo Euskadi, Catalunya, Galicia y Andalucía.
Centrándonos en Navarra, los cinco escaños para el Congreso de los Diputados se distribuyeron de la siguiente forma: 3 para UCD (con el 32'93% de los votos), 1 para el PSOE (21'90%) y otro para la recién estrenada UPN de Aizpún (11'17%). Herri Batasuna obtuvo el 8'86% , el. PNV el 8'42%, el Partido Carlista el 7'72% y UNAI (Unión Navarra de Izquierdas) el 4'34%. La participación fue en Navarra del 70'66%.
Un més más tarde, el 3 de abril, el índice de participación fue prácticamente igual, del 70'76%. Teniendo en cuenta que en el Estado disminuyó respecto a las generales de marzo nada menos que en trece puntos, se puede considerar ese ligerísimo avance como un indicador muy elocuente del interés con que se acogieron en Navarra las elecciones al Parlamento Foral.
UCD obtuvo 20 puestos de diputado, PSOE 15, UPN 13, HB 9, Amaiur 7, la coalición Nacionalistas Vascos 3, el Partido Carlista 1, UNAI 1 y los Independientes Forales de Ezponda, 1. Recuérdese que la federación navarra del PSOE estaba integrada en el Partido Socialista de Euskadi, lo que abría la expectativa de una mayoría parlamentaria de 37 frente a 33 de los partidarios de una convergencia institucional con la CAV, esperanzas que el viraje del PSOE y su abandono del PSE pronto harían frustrar.
Por supuesto no hay ninguna seguridad de que esas tendencias se vayan a reproducir cuarenta años más tarde. Sí podemos decir que en aquella ocasión el cansancio por la doble convocatoria no se hizo sentir en Navarra, así como que en las elecciones de ámbito más cercano los resultados fueron mejores para las fuerzas vasquistas y de izquierda.
Praxku
No es la primera vez que dicha coincidencia se da, si bien el precedente es ya lejano: las segundas elecciones de la etapa democrática las adelantó la UCD de Adolfo Suárez, que con mayoría relativa no podía gobernar, al 1 de marzo de 1979. El 3 de abril del mismo año se celebraron las primeras elecciones municipales, coincidentes con las autonómicas en todas las comunidades salvo Euskadi, Catalunya, Galicia y Andalucía.
Centrándonos en Navarra, los cinco escaños para el Congreso de los Diputados se distribuyeron de la siguiente forma: 3 para UCD (con el 32'93% de los votos), 1 para el PSOE (21'90%) y otro para la recién estrenada UPN de Aizpún (11'17%). Herri Batasuna obtuvo el 8'86% , el. PNV el 8'42%, el Partido Carlista el 7'72% y UNAI (Unión Navarra de Izquierdas) el 4'34%. La participación fue en Navarra del 70'66%.
Un més más tarde, el 3 de abril, el índice de participación fue prácticamente igual, del 70'76%. Teniendo en cuenta que en el Estado disminuyó respecto a las generales de marzo nada menos que en trece puntos, se puede considerar ese ligerísimo avance como un indicador muy elocuente del interés con que se acogieron en Navarra las elecciones al Parlamento Foral.
UCD obtuvo 20 puestos de diputado, PSOE 15, UPN 13, HB 9, Amaiur 7, la coalición Nacionalistas Vascos 3, el Partido Carlista 1, UNAI 1 y los Independientes Forales de Ezponda, 1. Recuérdese que la federación navarra del PSOE estaba integrada en el Partido Socialista de Euskadi, lo que abría la expectativa de una mayoría parlamentaria de 37 frente a 33 de los partidarios de una convergencia institucional con la CAV, esperanzas que el viraje del PSOE y su abandono del PSE pronto harían frustrar.
Por supuesto no hay ninguna seguridad de que esas tendencias se vayan a reproducir cuarenta años más tarde. Sí podemos decir que en aquella ocasión el cansancio por la doble convocatoria no se hizo sentir en Navarra, así como que en las elecciones de ámbito más cercano los resultados fueron mejores para las fuerzas vasquistas y de izquierda.
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