En diciembre de 2010, las calles de la capital, Doha, se llenaron de una multitud que celebraba entusiasmada el anuncio de que el país iba a hospedar la XXII edición de la Copa Mundial de Fútbol masculino organizada por la FIFA. Con datos recabados a partir de fuentes gubernamentales, desde esa noche han muerto cada semana una media de 12 trabajadores inmigrantes de estos cinco países del sur de Asia en Qatar.
Según cifras de India, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka, 5.927 trabajadores han muerto en el país entre 2011 y 2020. Por otra parte, datos de la embajada de Pakistán en Qatar permiten confirmar otras 824 muertes de trabajadores pakistaníes, entre 2010 y 2020.
En realidad, la cifra total de fallecidos es significativamente mayor, ya que estas cifras no incluyen países de los que procede mucha de mano de obra, como Filipinas y Kenia. Tampoco se incluyen las muertes de los últimos meses de 2020.
En los últimos diez años, Qatar está inmerso en un proceso de construcción sin precedentes, en gran parte para preparar el torneo de fútbol de 2022. Además de construir siete nuevos estadios, se han completado o están en marcha decenas de proyectos de envergadura, como un nuevo aeropuerto, carreteras, sistemas de transporte público, hoteles y una nueva ciudad que acogerá la final de la Copa del Mundo. (klik egin-ver más)
Emma Reverter, en eldiario.es