La decisión de Ecuador de conceder el asilo político
al fundador de Wikileaks, Julian Assange, anunciada este jueves 16 por el
canciller Ricardo Patiño, ha generado una situación poco común, que refleja, sin
duda, la realidad cambiante que se vive en el mundo, donde la pretensión de los
países del Norte de ser el ejemplo en derechos humanos se revela cada vez más
fragilizada.
Es conocido que en EEUU, la "guerra contra el terrorismo"
lanzada por el gobierno de George W. Bush ha significado un deterioro progresivo
de los derechos civiles, que en buena parte se mantiene con la administración
Obama. Por ello, es bastante creíble que Assange podría incurrir el riesgo de
indefensión y atentado a sus derechos en caso de ser extraditado a ese país,
donde, según alega, un gran jurado estaría preparando en secreto un juicio en su
contra por la publicación de miles de documentos internos de las misiones
diplomáticas. A la vez, no deja de ser insólito que el gobierno de Reino Unido
haya amenazado con violar la inmunidad diplomática de la embajada de Ecuador en
Londres para detener a Assange, apoyado en una ley interna (lo cual implicaría
desconocer el derecho internacional); si bien luego el canciller William Hague
lo descartó, ante las reacciones desatadas. (klik egin-ver más)
Sally Burch, periodista británica radicada en Ecuador (para alainet.org)