«Camiones que te cierran, coches que frenan
para mostrar su malestar tras haberte adelantado o la no señalización de
maniobras». Este tipo de acciones son el pan de cada día en el mundo del
ciclismo. Los datos no hacen más que reforzar esta mala praxis y la difícil
convivencia entre conductores y corredores. «Solo
es cuestión de educación, respeto y civismo», repiten aficionados y
profesionales. La reciente muerte del ciclista Iñaki Lejarreta, tras ser
atropellado en la N-634 a
su paso por Iurreta ha vuelto a evidenciar el riesgo que conlleva rodar sobre
el asfalto.
Las
horas puntas, las vísperas de puente y las retenciones salpican a los ciclistas
el estrés que generan en los conductores. «Vas
en tensión, muchos te insultan e incluso te adelantan -sin respetar el metro y
medio de seguridad- para a continuación frenar. No piensan en las consecuencias
que acarrearía un accidente. Todo es egoísmo y deberíamos empezar a aprender a
convivir», manifiesta indignado el ex ciclista profesional Pedro Horrillo.
Este
vizcaíno, vecino de Abadiño, ha advertido una mayor inseguridad en la carretera
en los últimos años. El incremento de la accidentalidad, en su opinión, está
directamente ligado al incremento del parque automovilístico y a la falta de «educación, civismo y respeto» en las
carreteras. «Todavía existen muchos
conductores anticiclistas que nos hace sentir usuarios de segunda categoría».
Es por ello que insta a que se ejerza «un
mejor control y mayor rigor en la aplicación de sanciones».
El Diario Vasco