La noche del 25 al 26 de agosto es muy triste para mi. El fuego humano de la insensatez ha destruido en pocas horas nuestro propio hábitat, el hábitat de una importante fauna y el patrimonio vegetal más importante que tenía Tafalla.
Oigo como gimen de dolor los corzos, los jabalíes, y toda la fauna menor del Buskil y Baldetina. Siento como crujen de dolor las encinas y quejigos que durante cientos de años habían oxigenado los glóbulos rojos de muchas generaciones de humanos. Árboles que nos habían dado el placer de compartir sensaciones, sentir su energía y cobijo ayudándonos a cubrir necesidades y superar nuestras debilidades. (klik egin-ver más)
Mauricio Olite Tafalla a 26 de agosto de 2016