Mal que le pese al otrora factótum de la Iglesia española, el cardenal Antonio María Rouco Varela. No obstante, su edad (tiene 59 años) hace pensar que aún le queda alguna bola extra por jugar, aunque esta sea esperar a la muerte o renuncia de Francisco. El movimiento tiene otra derivada no menos importante para la geopolítica eclesial: una renovación en la Iglesia vasca, que ya comenzó con la marcha de Mario Iceta de Bilbao y tendrá continuidad a comienzos del año próximo con el relevo del arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez. El nuevo obispo vizcaíno, Joseba Segura, mucho más moderado, y el sucesor de Munilla, a buen seguro, marcarán el fin de una conservadora era en la Iglesia vasca. (klik egin-ver más)
Jesús Bastante, en eldiario.es