Es digno de estudio cómo es posible que una persona como Javier Maroto, que por su condición de homosexual pertenece a un colectivo históricamente perseguido, marginado y humillado, cada vez que abre la boca lo haga para insultar, despreciar o excluir. Al menos es en lo que se está especializando en los últimos tiempos. Y la estrategia tiene premio tanto para él, que ha alcanzado la vicesecretaría de Acción Sectorial del PP, como para Xavier García Albiol, elegido por Rajoy para presidenciable de la Generalitat con el impulso de un lema de campaña tan evocador de Auschwitz como Limpiando Badalona. No contento con asegurar que los emigrantes vienen a Euskadi a “vivir de la sopa boba” o de asegurar que el euskera sirve para la colonización de Araba desde Bizkaia y Gipuzkoa, ayer acudió a Iruñea para sumarse al carro de críticas con el que la derecha navarra y española han recibido al gobierno del cambio. Según Maroto, los planes de Uxue Barkos pasan por convertir Navarra en “lo peor de la Gipuzkoa profunda”. Como no explicó dónde sitúa él la Gipuzkoa más oculta ni cuales son esos males que también ahora llegarán al Viejo Reyno, por lo menos que nos lo aclaren sus compañeros guipuzcoanos. ¿Seremos portadores de algún virus maligno sin nosotros saberlo?
E.Iribarren, en Noticias de Gipuzkoa