Pareciera que durante años han esperado este momento.
A que la historia se pusiera de su lado y los vientos soplaran por la popa de
sus deseos de venganza más bastarda. Pareciera que durante años, agazapados en
la retaguardia forzosa de la oposición, hubieran estado calando sus bayonetas
envenenadas de resentimiento e inquina. Se excitan anunciando calamidades y
exigiendo contrición mientras muchos de ellos acumulan sentencias en firme sin
inmutarse. Han gobernado en la sombra y ahora que gozan de la mayoría universal
se creen con derecho a cambiar no solo el rumbo del Estado, sino hasta la
rotación de la Tierra. En el fondo de su alma, como todos los falsos profetas,
disfrutan al comprobar que se cumplen las catástrofes que han vaticinado. Muchos
comen caliente del pecado que combaten mientras se manosean el doble fondo moral
de su bragueta. Están aquí, llevan años tratando de disparar a bocajarro sin
sentirse culpables amparados en la necesidad de los mercados. Porque el poder
que ahora les excita no necesita avales ni justificaciones morales. Ellos solo
echan mano de la moral en la cama y en los confesionarios. (klik egin-ver más)
Paco Roda, en Diario de Noticias