
Hoy, la capital lusa está más remozada. La rehabilitación de inmuebles está en auge y el precio de la vivienda, disparado por la fiebre turística. La ciudad de la luz está de moda y simboliza el inesperado brillo de un país al que amplios sectores de la izquierda española miran con envidia, tras la estabilidad lograda por el Gobierno de Costa, en alianza con comunistas y el Bloco de Esquerda, en el que hay quien ve una suerte de Podemos luso, pese a tener casi dos décadas de existencia. (klik egin-ver más)
Antonio M. Vélez, en eldiario.es