Es el título de la pieza satírica que llevan por los pueblos de la Zona Media y Tierra Estella Azucena Zabaleta y Juan Antonio San José, dos cómicos de Miranda de Arga que también son pequeños agricultores afectados por los regadíos del Canal de Navarra. No es mala idea tomarse con humor este asunto del Canal, a pesar de que todos sabemos que es un tema muy serio y objeto de debate en la calle, a veces acalorado como ocurrió el otro día en el pleno municipal de Lerín.
Es lo que tiene imponer, porque imposición pura y dura es obligar a regar sus tierras con agua de Itoiz a quien no quiere hacerlo. Primero se construyó el pantano, a toda costa y por encima de leyes ambientales que se modificaron ad hoc para hacerlo posible. Después se construyó el Canal, ese binomio indisoluble, pero solo la primera fase. De la segunda, que iba a bajar el agua hasta la Ribera tudelana, no hay noticias. También está por ver cuál ha sido el resultado económico y social de lo que se ha puesto en riego hasta ahora. Es evidente que llevar el agua a las tierras de secano genera riqueza, pero en la calle hay agricultores contentos y otros, decepcionados.
(klik egin-ver más)
Pablo Gorría, en Diario de Noticias
Ayer se presentó la Plataforma Ciudadana "Que lo tire Milagros Rubio", iniciativa que parte de varios ciudadan@s de distintas ideologías, y que pide que el cohete de estas fiestas sea lanzado por Mila Rubio, en la que es su última legislatura.. Milagros lleva treinta y cinco años dedicada al trabajo municipal, apoyando numerosas causas sociales, siempre cerca de colectivos y ciudadan@s, y son varios los años en los que, a través de sus grupos municipales, ha solicitado que no sólo sean los miembros del grupo de gobierno quienes tiren el cohete, sino personas de distintos grupos y colectivos sociales.
El referencial hotel Los Abetos, cercano a Valtierra, cerró el pasado domingo al no superar el concurso de acreedores. Los quince trabajadores exploraron la posibilidad de convertir el negocio en cooperativa para poder continuar con la actividad de décadas que llevaba el establecimiento, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto. De esta manera, todos ellos han quedado sin trabajo, con la indemnización mínima establecida por la ley. Se comenta que puede haber un empresario interesado en comprar el hotel, pero en todo caso lo haría tras la clausura y la liquidación definitiva.
